sábado, 4 de agosto de 2012

La Lección de Doguito




Doguito es un perrito blanco con pecas negras. Él vive con sus padres, Doña Pintada y Don Negro, en una casa con un bonito jardín.

Doguito no es un perrito obediente. Siempre reclama para ayudar en las tareas de la casa y nunca quiere ducharse.

Doña Pintada siempre le dice:

Usted tiene que ducharse mi hijo. ¡Si te quedas sucio va a enfermarse y llenarte de pulgas!

Pero él no obedecía. Creía que sus padres no tenían razón, reclamaba y se escondía debajo de la cama.

Un día Doguito resolvió huir. Pensó: “Si yo huyo no tendré que ducharme ni tampoco obedecer a nadie, nunca más”.

Y huyó. Caminó mucho, encontró con unos perritos y jugó todo el día. Cuando anocheció sus nuevos amigos fueron para casa y Doguito se quedó solo, en un sitio distinto, sin tener para dónde ir. Quiso volver a casa, pero estaba perdido. Con hambre y frío, ladró mucho, reclamó, paro nadie le dio atención.

El perrito pensó en su cama caliente, en el cariño de sus padres y se arrepintió de tener huido de casa. Se sentó en un banco de la acera y, con miedo, lloró bajito. Se acordó, entonces, de hacer una oración pidiendo a Dios que le ayudase a volver a casa.

Poco tiempo después, oyó un ladro:

¡Doguito! ¡Doguito!

Eran sus padres, buscando por él. Doguito se quedó muy contento en verlos. Agradeció a Dios por la ayuda y les dio un fuerte abrazo. Prometió ser un hijo obediente y nunca más huir de casa.

 Claudia Schmidt


Las historias relacionadas aquí fueron retiradas, en su mayoría, del periódico Seara Espírita, de responsabilidad del Grupo Espírita Seara do Mestre, publicación mensual, actualmente con 50.000 ejemplares, y otras fueron creadas por evangelizadores para sus clases de evangelización.  Fuente: http://www.searadomestre.com.br/

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